El niño cuando pasa tiempo frente al televisor le resta tiempo a otras actividades como el juego, la interacción familiar, las tareas escolares y la lectura. Si bien la tecnología fomenta el desarrollo cognitivo, es importante medir el tiempo de exposición.

La mente infantil absorbe con facilidad todo tipo de estimulación ambiental, aunque frecuentemente este proceso se produce de modo inconsciente. El comportamiento y el lenguaje de los niños refleja cada vez más lo que perciben en los medios de comunicación. Pasar demasiado tiempo viendo la televisión conduce a un declive en la creatividad e imaginación.

La televisión puede ser responsable del retraso del desarrollo psicomotor, la disminución de la atención y el padecimiento de ansiedad. No obstante, también puede ser un medio extraordinario de entretenimiento y educación, siempre que se descubra en el momento correcto y en buenas condiciones.

Recomendaciones a tener en cuenta:

Bebés y niños pequeños de hasta 18 meses: no se recomienda que vean televisión.

Niños pequeños de 18 a 24 meses: pueden empezar con algunos minutos al día.

Edad preescolar: no es recomendable más de una hora por día de programación educativa, junto con un padre u otro cuidador que pueda ayudarles a comprender lo que están viendo.

Niños y adolescentes de 5 a 18 años: en estas edades, los padres deben establecer límites consistentes en el tiempo ante la pantalla; esto incluye televisión, redes sociales y videojuegos.