Septiembre: mes del conocimiento sobre la Leucemia y el Linfoma
El cáncer se origina cuando las células en el cuerpo comienzan a crecer en forma descontrolada. Existen muchos tipos de cáncer. Las células en casi cualquier parte del cuerpo pueden convertirse en cáncer. Si desea más información sobre el cáncer, cómo se origina y se propaga.
Las leucemias son cánceres que se origina en las células que normalmente madurarían hacia los diferentes tipos de células sanguíneas. Con más frecuencia, la leucemia se origina en formas tempranas de glóbulos blancos, pero algunas leucemias comienzan en otros tipos de células sanguíneas.
Existen varios tipos de leucemia que se dividen basándose principalmente en si la leucemia es aguda (rápido crecimiento) o crónica (crecimiento más lento), y si se inicia en células mieloides o células linfoides. Cuando los médicos saben el tipo de leucemia específico que padece la persona, pueden hacer un mejor pronóstico y seleccionar el mejor tratamiento.
A la leucemia linfocítica aguda (ALL) también se le llama leucemia linfoblástica aguda. El término “aguda” significa que la leucemia puede progresar rápidamente y, si no se trata, probablemente sea fatal en pocos meses, mientras que “linfocítico” significa que se origina de las formas tempranas (inmaduras) de los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco.
La ALL comienza en la médula ósea (la parte blanda del interior de ciertos huesos en donde se forman las nuevas células de la sangre). Con más frecuencia, la leucemia invade la sangre muy rápidamente. A veces, estas células también se pueden propagar a otras partes del cuerpo, como a los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo, el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) y los testículos (en los hombres). Algunos tipos de cáncer también pueden comenzar en estos órganos y luego propagarse a la médula ósea, pero estos cánceres no son leucemias.
Los otros tipos de cáncer que se inician en los linfocitos se denominan linfomas (linfoma no Hodgkin o linfoma de Hodgkin). Aunque las leucemias, como la ALL, principalmente afectan la sangre y la médula ósea, los linfomas principalmente afectan a los ganglios linfáticos u otros órganos (pero pueden también afectar la médula ósea). A veces puede ser difícil saber si un cáncer de los linfocitos es una leucemia o un linfoma. Por lo general, si al menos el 20% de la médula ósea se compone de linfocitos cancerosos (llamados linfoblastos o simplemente blastos), la enfermedad se considera leucemia.
Médula ósea, sangre y tejido linfático normal
Para entender la leucemia, ayuda saber acerca de los sistemas sanguíneo y linfático.
Médula ósea
La médula ósea es la parte blanda del interior de ciertos huesos que está formada por células productoras de sangre, células adiposas y tejidos de soporte. Una pequeña fracción de las células productoras de sangre son células madre sanguíneas.
Dentro de la médula ósea, las células madre sanguíneas experimentan una serie de cambios para producir nuevas células sanguíneas. Durante este proceso, las células se desarrollan en uno de los tres principales tipos de células sanguíneas:
- Glóbulos rojos
- Plaquetas
- Glóbulos blancos
Glóbulos rojos
Los glóbulos rojos transportan oxígeno desde los pulmones a todos los demás tejidos del cuerpo y devuelven el dióxido de carbono a los pulmones para ser eliminado.
Plaquetas
Las plaquetas en realidad son fragmentos celulares producidos por un tipo de célula de la médula ósea que se llama un megacariocito. Las plaquetas son importantes para tapar los orificios de los vasos sanguíneos causados por cortaduras y hematomas.
Glóbulos blancos
Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a combatir infecciones. Los tipos principales de glóbulos blancos incluyen los linfocitos, los granulocitos y los monocitos.
Los linfocitos son las principales células que constituyen el tejido linfático, que es una parte importante del sistema inmunitario. El tejido linfático se encuentra en los ganglios linfáticos, el timo, el bazo, las amígdalas y las glándulas adenoides, y está diseminado a través de los sistemas digestivo y respiratorio y la médula ósea.
Los linfocitos se desarrollan a partir de células llamadas linfoblastos hasta convertirse en células maduras que combaten las infecciones. Existen dos tipos principales de linfocitos:
- Linfocitos B (células B): las células B ayudan a proteger al cuerpo, ya que producen proteínas llamadas anticuerpos. Los anticuerpos se adhieren a los gérmenes (bacteria, virus y hongos) en el cuerpo, lo que ayuda al sistema inmunitario a destruirlos.
- Linfocitos T (células T): existen varios tipos de células T, cada una de ellas con una función especial. Algunas células T pueden destruir directamente a gérmenes, mientras otras desempeñan una función al reforzar o desacelerar las actividades de otras células del sistema inmunitario.
La ALL se origina en las formas tempranas de los linfocitos. Se puede originar en células B o T tempranas en diferentes etapas de madurez. Este tema se aborda en Subtipos y factores pronósticos de la leucemia linfocítica aguda (ALL).
Los granulocitos son glóbulos blancos que tienen gránulos, o sea manchas que se pueden observar a través del microscopio. Estos gránulos contienen enzimas y otras sustancias que pueden destruir gérmenes, como las bacterias. Los tres tipos de granulocitos (neutrófilos, basófilos y eosinófilos) se distinguen por el tamaño y el color de sus gránulos.
Los monocitos también ayudan a proteger el organismo contra las bacterias. Después de circular en el torrente sanguíneo por aproximadamente un día, los monocitos ingresan en los tejidos corporales para convertirse en macrófagos, los cuales pueden destruir algunos gérmenes rodeándolos y digiriéndolos.
Fuente: American Cáncer Society