Educar con disciplina positiva, ¿es posible?
Desde el momento en que nacen los niños necesitan límites. Y si no los encuentran, empiezan a reclamarlos. Los límites son guías para la educación del niño. Sirven para enseñarle qué está bien y qué está mal hacer porque su vida está en riesgo o porque lo que hace no es una forma adecuada para relacionarse sanamente con otras personas y con la sociedad en general.
La Disciplina Positiva va más allá de establecer una serie de reglas que los niños han de seguir porque los padres lo establecen. Implica una enseñanza profunda y consciente para que ellos puedan comprender y asimilar de forma interna el porqué de las cosas.
Cinco fundamentos de la disciplina positiva
- No castigo: el objetivo es buscar soluciones al conflicto. El castigo es una solución a corta plazo.
- Respeto mutuo: el niño debe sentirse respetado, de esa manera respetará al adulto.
- Comunicación: siempre se debe estar conectado con el niño.
- Aprender de los errores: disciplina efectiva es la que busca las razones que hacen actuar a los niños de cierta manera y trabajar sobre esas razones para cambiar la creencia en lugar de intentar cambiar solamente el comportamiento.
- Alentar: Se presta atención al esfuerzo y la mejoría, no simplemente al éxito. Esto fortalece la autoestima y estimula
La disciplina positiva es la filosofía que ayuda a los adultos a entender la conducta inadecuada de los niños, promoviendo actitudes positivas hacia ellos y enseñándoles a tener buena conducta, responsabilidad y destrezas interpersonales. La disciplina positiva está basada en que la disciplina debe ser enseñada y que la disciplina, a su vez, enseña.