Los recesos, ya sean invernales o veraniegos, son momentos en los que los padres deben prestar mayor atención a sus hijos. Es así cuando aparece, con fuerza, la pregunta ¿qué hacer con ellos?

En primer lugar, resulta fundamental considerar que se trata de un tiempo dedicado al descanso y al ocio, por lo que se aconseja no llenar de actividades a los pequeños. Los niños necesitan desconectarse de sus rutinas diarias y exigencias del día a día. Es bueno realizar acciones vinculadas a la naturaleza y al juego.

¿Qué hacemos con los niños?

Jugar: porque jugando también se aprende. Es importante poder desarrollar la creatividad, inventar y crear situaciones de juego.

Controlar el tiempo que pasen frente a dispositivos electrónicos y fomentar las actividades al aires libre y en contacto con otros niños.

Buscar actividades acordes a los intereses del pequeño. Eso le ayudará a crecer en autonomía, habilidades sociales y capacidad de adaptación a nuevos entornos.

Realizar actividades en familia, planificarlas juntos: leer, andar en bicicleta, realizar picnics en el parque, aprende a cocinar, etc.