El cuidado de la salud bucal es un pilar fundamental en la vida de un niño. Una buena dentadura ayuda a comer, formar sonidos y palabras, afecta la forma en que crece la mandíbula. Una mala higiene bucal puede conducir a infección, enfermedad, u otros problemas de los dientes.

Los dientes de leche son muy importantes en el desarrollo infantil, por lo que es imprescindible cuidarlos bien. Son más pequeños y más gruesos que los definitivos. El esmalte y la dentina son más finos y están menos mineralizados, por lo que son más vulnerables ante la caries.

Por este motivo, es muy importante mantener un cuidado adecuado de los dientes de leche de los niños y enseñarles los principios de una dieta sana.

El consumo de alimentos con alto contenido en azúcar, no cepillarse los dientes lo suficiente y no visitar al dentista con la frecuencia necesaria favorece la aparición de problemas bucales, e incluso de caries durante la adolescencia.

Alimentarse bien para tener una boca sana

  • Nunca acostarse sin cenar: al masticar se produce saliva, que como hemos dicho es muy importante para controlar las bacterias de la boca. Además favorece un mejor crecimiento de los dientes.
  • Comidas equilibradas: apuntaros a la dieta mediterránea, que aporta todo lo que el diente necesita: flúor, calcio, fosfato y proteínas.
  • No olvidar la merienda y el bocata de media mañana.
  • Restringe el consumo de refrescos y bebidas edulcoradas, ya que desgastan el esmalte dental. Mejor agua, batidos o lácteos que aportan lípidos, grasas, proteínas y calcio al diente.
  • Llevar el cepillo de dientes al cole.
  • Lavarse los dientes después de tomar medicinas: muchos jarabes infantiles tienen edulcorantes que facilitan la aparición de caries si no se cepillan los dientes.

Prácticas importantes

  • Empieza por cepillar las encías de tu bebé con un cepillo de dientes suave durante el baño, o deja que lo haga él mismo siempre que lo vigiles tú.
  • Los niños de menos de tres años pueden usar un poquito de dentífrico familiar que contenga un mínimo de 1.000 partes por millón de flúor.
  • Es importante que el niño no se trague la pasta ni la chupe del tubo.
  • Cepíllale los dientes al niño al menos dos minutos dos veces al día, una de ellas antes de irse a la cama y la otra en algún momento a lo largo del día. Enséñales a escupir el exceso de pasta en vez de enjuagarse con mucha agua.
  • Hasta los siete u ocho años, vigila a los niños mientras se cepillan los dientes, ya sea cepillándoles tú u observándoles mientras lo hacen ellos mismos. A partir de los siete u ocho años los niños deben ser capaces de cepillarse los dientes solos, aunque no está de más observarles de vez en cuando para asegurarse de que lo están haciendo bien y durante no menos de dos minutos.

Fuente familydoctor.org// www.serpadres.es